Nuestra historia

Hace años, mientras terminaba sus estudios, Sandra consiguió trabajo cuidado a una niña. El primer día, la mamá de la niña le dijo: «Mi hija come cuando tiene hambre, duerme cuando tiene sueño, y llora cuando lo necesita, y así debe ser».
Pueden parecer unas indicaciones muy sencillas, pero tras ellas se escondía un gran tesoro: el respeto hacia las necesidades de los niños y niñas.

Jennifer mientras tanto, viajaba a los Países Nórdicos con una beca de estudios. De aquel viaje se trajo muchos recuerdos y varios aprendizajes, entre ellos que no existe el mal tiempo, sino la ropa inadecuada, y que cuando los niños y niñas son parte activa de la enseñanza, (y no un sujeto pasivo) aprender se convierte en algo maravilloso, y que educar para la vida, es educar para crear un futuro mejor.

Pasaron los años y tras dar algún que otro tumbo por guarderías y colegios públicos, juntas decidimos crear «algo» único en nuestra tierrina, en Gijón. Este proyecto, nos une a través del tiempo y del espacio y nos permite llevar nuestro modelo de enseñanza un paso más allá.
Esa idea, se materializó por fin en 2012, el nombre: Currusquinos, y Montessori de apellido.

Desde entonces, nos hemos formado, hemos aprendido en el camino, hemos conocido personitas maravillosas que nos han enseñado el auténtico valor de nuestro trabajo, hemos crecido como personas (y cómo familia), y esperamos que vosotros queráis ser parte de este increíble y mágico proceso de acompañar a los niños y niñas en su educación.

Gracias por ser parte de nuestra historia.

Sandra & Jenny

«Cualquier ayuda innecesaria es un obstáculo para el desarrollo.»

Maria Montessori

Sandra Serrano

Cofundadora
Guía IMI de Comunidad infantil

Soy Sandra Serrano y aunque he crecido y vivido toda mi vida en Gijón, lo cierto es que nací en Alicante un 8 de octubre de 1986. En mi faceta personal diré que me gusta el olor a hierba recién cortada, los sábados por la mañana y los chistes absurdos.

Odio hablar por teléfono (por algo si la encargada de las redes sociales y no de hacer las llamadas xD) y aunque suene a tópico, también las injusticias. Me molestan los ruidos estridentes y el sonido de las agujas de un reloj y me ponen tan nerviosa los conflictos que si pudiera, saldría corriendo a llorar cada vez que tengo uno, así que pueden pasar dos cosas, que te diga algo de lo que luego me arrepienta o que verdaderamente lo haga (lo de salir corriendo a llorar, digo) me afectan en demasía los cambios, pero por el contrario, me adapto rápido a ellos. Si algo no sale como espero, entro en crisis.

Me considero una persona creativa, aprendiz de todo y experta en nada, me gusta investigar, leer y conocer, si hay algo que me interesa, le dedico todo el tiempo que sea necesario, hasta que encuentro algo que me interesa más.

En el ámbito familiar somos familia de 5, un señor marido, un hijo de casi 6, un perro, una gata y yo y, aunque “mi giro” llegó mucho antes de ser madre, no voy a decir que la maternidad no me cambió, porque si, si lo hizo, me enseñó que todo lo que puede salir mal, saldrá peor y que, cuanto más altas son las expectativas, desde más alto de caes también. También me enseñó que la teoría está muy bien y es necesario conocerla, pero que cada familia lo hace como puede y según sus circunstancias.

Llevo dos palabras tatuadas en mi piel (literalmente) que hablan sobre mi: una de ellas es agápē, que es la palabra que utilizaban los griegos para definir el amor incondicional hacia un hijo y otra meraki, tambien del griego, que es el adjetivo para describir algo en lo que se pone mucho empeño. Poner el alma, creatividad y amor en lo que haces, dejando un pedazo de ti siempre en tu trabajo.

Después de contaros mi vida, ahora viene lo “importante”, el ámbito profesional.
Al finalizar mis estudios de bachiller y con mi futuro un poco confuso, decidí realizar un Ciclo Formativo de Grado Superior de Educación Infantil y seguidamente, la diplomatura de Magisterio por la misma especialidad.

Casi a la par de comenzar mi andadura universitaria conocí a Laura Díaz, psicóloga e instructora de Educación Consciente, la cual me dio a conocer el enfoque del AwareParenting (¡Gracias Laura, parte de lo que es Currusquinos te lo debo a ti!).

Esta circunstancia, unida al hecho de que había aspectos en mis estudios con los que no estaba de acuerdo, hizo que me replanteara mi visión de la educación, la crianza y la manera de tratar a los más pequeños. En 2009, y antes de finalizar la diplomatura, comencé a centrarme en la educación consciente y respetuosa y la pedagogía activa, formándome tanto de manera autodidacta como a través de cursos, talleres y conferencias (Laura Díaz de EntresotosBajo, José Miguel Castro, Vega Martín, Marcel Bösch, Mónica Serrano, Javier Herrero, Azucena Caballero, Mireia Long…).

Tras años de indecisión, en el año 2014 me convertí en Instructora Certificada de Educación Consciente (Aware Parenting) y también en formadora de la Pedagogía Blanca.

Además, finalicé la formación de Asesora de Lactancia y me inicié en el maravilloso mundo de la filosofía Reggio Emilia. En 2020 y en pleno confinamiento, realicé mi examen para ser Guía Montessori IMI (0-3) y hace unos meses, terminé mi formación de Asistente AMI 3-6. Actualmente estoy cursando la formación de Guía AMI (0-3), que finalizaré en septiembre.

Jennifer Lobeto Magaz

Cofundadora
Guía AMI de Casa de niños

¡Hola! Soy Jennifer Lobeto Magaz y aunque considero “mi tierrina” Asturias, mi madre decidió cruzar el charco para dar a luz en Venezuela. Si tuviera que contestar a la pregunta de cómo soy, podría destacar de mí que soy una persona bastante perfeccionista, me gusta tenerlo todo bastante organizado y controlado (se lo podéis preguntar a Sandra). Pero esto se acentúa más en mi ámbito laboral, ya que fuera del trabajo disfruto no planificando, no sigo horarios y me encanta perderme en la montaña donde no tengo cobertura y puedo desconectar del móvil. Me gusta mucho dormir, aunque mi hija, desde que nació, me está demostrando que el dormir está “sobrevalorado”. Disfruto coleccionando libros y me encanta olerlos (sí, habéis leído bien, me gusta oler los libros) aunque también disfruto leyéndolos, claro. Me encanta aprender y rodearme de gente de la que me pueda “nutrir”. Valoro mucho el sentido del humor en las personas y las dos “eses”: sinceridad y sencillez.

¿Qué no me gusta? Pues me frustro mucho con la tecnología, soy de las personas que siempre se le estropea la impresora justo en el momento en que necesita imprimir un documento importante. Justo por eso, me dedico a atender las llamadas de teléfono, a llevar la contabilidad y el papeleo. Detesto el desorden, las mentiras y la negatividad. Me gusta pensar en positivo y huyo de la gente negativa o pesimista.

No llevo frases tatuadas, pero me gusta apuntar en la nevera mensajes optimistas o que me hacen reflexionar. Me gusta dar las gracias todos los días por lo que tengo y dedicar unos minutos al día para visualizar hacia donde quiero ir. Soy de las que piensan que tod@s estamos en este mundo para aportar algo, que la vida tiene una razón de ser.

Vale pero después de esta parrafada os estaréis preguntando por mi parte profesional, pues ahí va. A pesar de llevar más de 10 años formándome dentro del ámbito de la educación, no fue hasta el 2012 cuando encontré el verdadero sentido de ésta.

Hasta entonces, durante mis estudios como Técnico en Educación Intantil y Magisterio, no me cuestionaba la educación tradicional y consideraba que era la única manera que existía de educar. Si sigues el camino que la sociedad marca y acepta como el correcto, te sientes más seguro. Pero todo ello no me satisfacía ni conectaba conmigo.

Fue quizá durante mis prácticas en Suecia, en el centro Mariebergs Skolan, la primera vez que me abrí hacia otras forma de “hacer”. No obstante, cuando mi compañera y amiga Sandra conoció a Laura Díaz de Entresotos, comenzó mi verdadero interés en la educación consciente y en las pedagogías conocidas como “alternativas”.

Dentro de estos años de formación y especialización he podido formarme con grandes profesionales, entre ellos; Laura Díaz, Isabel Fuster, Malena Martín, Celine Hameury, Angélica Olvera, Guadalupe Borbolla y Coral Ruíz.

En 2014 tuve la suerte de conocer en persona y poder asistir a un curso impartido por Aletha Solter en Alicante, un momento importante para mí tanto a nivel profesional como personal. En aquel momento tomé la decisión de certificarme como instructora de Aware Parenting.

En 2015 asistí a un seminario sobre educación en Ojo de Agua, uno de los centros de referencia en España de la pedagogía activa, no directiva, impartido por Marién Fuentes y Javier Herrero. Ese mismo año terminé mi diplomatura en Pedagogía Sistémica. Al poco tiempo decidí formarme como facilitadora de Disciplina Positiva.
En 2019 terminé la formación de Guía Montessori AMI de “Casa de Niños” y en 2020, estando embarazada de mi hija Laia, me formé como Asistente AMI de Taller (6 a 12 años), aún no sabíamos qué en poco tiempo encontraríamos el sitio ideal para llevar a cabo nuestro gran sueño, abrir el primer colegio Montessori de educación infantil y primaria. Además, soy una apasiona de la neuroeducacion, disciplina en la que me estoy especializando recientemente.

Como podéis observar, somos muy distintas. Si tuviéramos que describir con una imagen nuestra amistad, usaríamos el Ying y el Yang, dos energías opuestas que se complementan y que son necesarias para encontrar el equilibrio. El equilibrio perfecto para iniciar este proyecto, un colegio Montessori de 0 a 12 años.

 

 

Tarifas

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